Desde su llegada, el registro horario ha sido una fuente constante de litigios en ambas direcciones, tanto por la parte del empresario como del trabajador.
Lo que nació con el propósito de limitar el abuso empresarial con las horas extras no remuneradas se ha convertido también en una forma de controlar el uso ilegítimo del control de jornada. Situación que, según los jueces, puede accarrear el despido disciplinario.
Así se desprende de una sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Andalucía que avala el cese de una empleada que fichaba sus horas de trabajo y las de su compañera. Comportamiento que según han determinado constituye un fraude a la empresa, además de una «transgresión grave de la buena fe contractual».
Según recoge la resolución, las protagonistas de la sentencia recibieron sus cartas de despido al haber constatado la dirección de la empresa que ambas manipularon durante más de un año el programa informático para fichar, una por la otra, a la hora de entrada y viceversa a la salida. Por lo que mientras una llegaba más tarde a su puesto (reflejando el sistema la hora normal de entrada), la otra salía una hora antes sin que se reflejara en el programa.
El TSJ resalta también que la esencia del incumplimiento no radica en el daño causado, «sino en el quebranto de la fe depositada y de la lealtad debida». Igualmente, recuerda que el convenio colectivo recoge como falta muy grave la suplantación de otro trabajador «alterando, en su caso, los registros y controles de entrada y salida al trabajo».
Fuente: Cinco Días